ESTADO PSÍQUICO DEL ENFERMO DE ESPONDILITIS ANQUILOSANTE
Todas las enfermedades crónicas, entre ellas la EA, pueden inducir trastornos
emocionales, originándose una serie de procesos psicológicos que se pueden
resumir en cinco puntos:
- Negación: Este fenómeno es especialmente peligroso y conlleva la no aceptación de la enfermedad.
- Cólera: Es la reacción del “¿por qué a mí? ”.
- Pactos: En este estado la persona suele “negociar” su enfermedad, a menudo con Dios. Ej. típicos basados en promesas del tipo “si me pongo bien voy a hacer...”
- Depresión: Representa el pesar natural ante un suceso y percepción del futuro no especialmente gratificante.
- Aceptación: Este es el estado ideal. Supone la puesta en marcha de los mecanismos necesarios que ayuden a que la persona asuma su limitación y utilice todos los recursos existentes que le proporcionen una futura mejor calidad de vida.
la enfermedad y por el contexto social en el que ocurra. Cualquier trabajo
psicológico debe estar orientado a llegar a la fase de aceptación lo más
rápidamente posible. Y por supuesto controlar el riesgo de que la persona pueda
quedarse estancada en cualquiera de las fases intermedias. Pero... ¿Porqué la
depresión en los pacientes de EA?... Pues porque se sufre de pérdidas constantes
y progresivas.
Desde el inicio de la enfermedad, en donde se pierde la salud y
empieza la discapacidad hasta la pérdida de funciones, recursos, espacios
sociales, competitividad y oportunidades. Así como el cambio de nuestra imagen
corporal. Y para colmo el dolor. La importancia de entender la depresión en la
EA permite al paciente vivirla con las menos regresiones posibles, lo que
significa perder menos recursos de relación social y el concepto de uno mismo.
Es preciso cambiar la necesidad de atención -auto compasión (buscando que los
demás adivinen y consuelen) por la actitud de buscar la atención que se necesita
en forma activa y responsablemente. O sea, tomar los medicamentos, hablar de lo
que se siente en forma directa, llamar al dolor... dolor. Llorar por lo que se
siente física y psicológicamente y decirlo, sin máscaras. Y no ocultarse en un
“no pasa nada”.
Utilizar los medios de la medicina física que tanto nos enseñan.
Así mismo, es muy importante informarse bien sobre la enfermedad y mantener unas
abiertas relaciones sociales. Es aquí donde se recomienda la participación en
grupos de terapia de apoyo psicológico y fisiológico. En este sentido son muy
positivas las ASOCIACIONES, que proporcionan una información de máxima calidad,
además de crear un marco idóneo donde las dudas, emociones y sentimientos pueden
ser mejor atendidos y entendidos. El apoyo familiar es una de las bases más
importantes para facilitar la adaptación a las nuevas circunstancias que se
crean a causa de la EA, por lo que todos los allegados deben conocer los
aspectos básicos del proceso patológico y contribuir a crear el clima propicio.
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