Si usted piensa en medicamentos seguramente evoque la imagen de una pastilla, una píldora que compra en la farmacia y que ingiere para aliviar su dolor o su enfermedad. Sin embargo, en los últimos años surgió otro tipo de fármacos, los biológicos, que no están en el circuito de venta tradicional.
Y no lo están por dos razones: porque son distintos en su elaboración y porque su costo puede rondar los mil dólares por dosis (799,00 euros).
Pero ¿Qué son los medicamentos biológicos? Son fármacos que no se producen de forma convencional como los que se utilizan contra la gripe o las infecciones respiratorias. No parten de moléculas químicas sino de organismos vivos. Para producirlos necesitamos utilizar la biotecnología, algo que parece que fuera muy moderno pero que es tan antiguo como el hombre mismo.
El vino es biotecnológico. Se toma zumo de uva y se coloca en levadura, la levadura es una célula viva que produce todas las transformaciones.
Algo parecido ocurre con los medicamentos biológicos. A diferencia de los convencionales, no se valen de moléculas químicas que mandan información de una célula a la otra sino de proteínas, otro tipo de sustancias que comunican células entre sí pero que son de mayor tamaño y complejidad.
El proceso que va desde obtener la proteína con la que se quiere trabajar hasta llegar al fármaco involucra insertar genes (cada gen codifica una proteína determinada) en un organismo vivo, ya sea un virus, una bacteria, una levadura o un tejido determinado.
Unos de los biológicos más comunes es la insulina, pero existen otros más complejos como los "anticuerpos monoclonales", compuestos que apuntan a estructuras específicas involucradas en procesos inflamatorios y logran así ser más efectivos. Son empleados en tratamientos contra algunos tipos de cáncer y la artritis reumatoidea (afectación progresiva de las articulaciones).
Ahora bien, conforme una misma uva puede dar lugar a dos tipos diferentes de vino según el proceso al que se la someta, dos medicamentos biológicos nunca pueden resultar idénticos. Cuando caduca la patente de un medicamento convencional aparecen los genéricos. ¿Qué quiere decir? Que es producido por un laboratorio diferente al que lo descubrió pero que tiene exactamente la misma molécula original. En el caso de los genéricos podemos asegurar que tienen exactamente la misma molécula. En el caso de los biotecnológicos no.
Son "biosimilares" y, según la Organización Mundial de la Salud, deben ser sometidos a estudios clínicos nuevos que desmuestren que son tan eficaces como los originales, que aclaren las reacciones adversas que puedan provocar y que certifiquen su calidad.
*Castañeda, investigador del departamento de Farmacología del Instituto Politécnico Nacional de México.
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