Bienvenidos/as a AEXPE. La espondiloartritis anquilosante puede ser una enfermedad debilitante que se manifiesta principalmente con lumbalgia crónica y rigidez, y también puede acompañarse de artritis, inflamación ocular y/o del tubo digestivo. Son una familia heterogénea de enfermedades reumáticas interrelacionadas. La espondilitis anquilosante es la más frecuente de todas las espondiloartritis. Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica, que afecta fundamentalmente a las articulaciones de la columna vertebral. La padecen generalmente personas jóvenes y, especialmente, hombres entre los 15 y 25 años. En las mujeres suele ser más leve y, por ello, muchas veces es más difícil de diagnosticar. + Info en CEADE Coordinadora Española de Asociaciones de Espondiloartritis

lunes, 14 de mayo de 2012

EL DOLOR REUMÁTICO

Prácticamente todos los pacientes que consultan con el reumatólogo tienen o han tenido dolor en algún momento. Este especialista debe por tanto ser capaz de controlarlo como un síntoma más de la enfermedad aunque algunos médicos tiendan a ponerlo en segundo plano, tras el manejo específico de cada proceso reumático. Para Mary-Ann Fitzcharles, del Hospital General de Montreal (Canadá) y firmante de este trabajo, "el manejo del dolor ha dejado de ser cuestión de recetar una simple pastilla para convertirse en una disciplina compleja que debe considerar al paciente como un complejo ente biopsicosocial".

El dolor ha pasado a convertirse en una parte importante del cuidado de todo paciente y es actualmente considerado, junto con la temperatura o la tensión arterial, como un signo vital más. El dolor crónico puede afectar de forma negativa tanto el estado físico como psíquico del paciente y a su calidad de vida. Es un factor complejo influenciado no sólo por la enfermedad que lo produce sino también por aspectos psicológicos, experiencias dolorosas pasadas, el entorno y la genética de cada individuo.

Los últimos años han sido testigos de importantes avances en el conocimiento de los mecanismos que producen y regulan la sensación dolorosa. En concreto, se ha progresado en los mecanismos que producen el dolor reumático, en cómo se ve influenciado por el grado de inflamación articular y modulado por el estado psicológico del paciente.

Fuente: www.elmundo.es

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