“Incluso pequeños cambios en la intensidad del dolor pueden afectar de forma positiva al paciente”, insisten los autores de la revisión sobre dolor reumático que publica el último 'Arthritis & Rheumatism'. Una vez que el médico ha evaluado el dolor, llega el momento de establecer una estrategia terapéutica para su correcto manejo.
Hasta hace bien poco, la mayoría de los reumatólogos recurría exclusivamente al tratamiento con fármacos ya que estos especialistas no tienen en general gran experiencia en otras modalidades de manejo del dolor crónico, señala el informe.
Para los autores, "el manejo ideal del dolor crónico de origen reumático debe incluir un amplio abanico de intervenciones tanto farmacológicas como de otro tipo". Existe una gran variedad de modalidades no basadas en fármacos para mejorar el dolor como son: la educación, la protección articular, el mantenimiento del tono muscular o la aplicación local de frío o calor.
Otros tratamientos manuales como el masaje, la acupuntura o la manipulación articular están todavía por evaluar científicamente. Finalmente, las unidades de dolor están generalmente sobrecargadas y suelen tener poca experiencia con el dolor crónico de origen reumático.
Fuente: www.elmundo.es
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