El cartílago:
El cartílago articular es la cubierta que desarrolla el hueso en la zona vecina a otro y sirve de protección para evitar que ambos huesos se rocen al moverse entre sí. En las articulaciones, sobre todo las de carga, las presiones cíclicas de una determinada intensidad son necesarias para la homeostasis del cartílago. Sin embargo, aquellas presiones excesivas en intensidad y duración son un factor importante de destrucción cartilaginosa. La sobrepresión actúa sobre los condrocitos y estimula la aparición de citoquinas proinflamatorias que desencadenan la aparición de enzimas que degradan la matriz cartilaginosa. Este proceso ocasiona la aparición de fisuras, edema y destrucción de la estructura de colágeno y de los proteoglicanos. Dicha sobrepresión puede producirse por un aumento de rigidez del hueso subcondral, que pierde elasticidad y disminuye su función amortiguadora de las presiones sobre el cartílago.
Otros factores que pueden acelerar los mecanismos de degradación del cartílago son el sobrepeso, la hiperutilización de la articulación, inmovilizaciones, cambios metabólicos, edad avanzada, etc. El cartílago se puede reblandecer o se puede romper formando desflecamientos, grietas y hasta úlceras, que pueden afectar al hueso que se halla por debajo; o bien liberar fragmentos de cartílago al espacio articular.
Fuente: http://www.elsevierciencia.com
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