Bienvenidos/as a AEXPE. La espondiloartritis anquilosante puede ser una enfermedad debilitante que se manifiesta principalmente con lumbalgia crónica y rigidez, y también puede acompañarse de artritis, inflamación ocular y/o del tubo digestivo. Son una familia heterogénea de enfermedades reumáticas interrelacionadas. La espondilitis anquilosante es la más frecuente de todas las espondiloartritis. Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica, que afecta fundamentalmente a las articulaciones de la columna vertebral. La padecen generalmente personas jóvenes y, especialmente, hombres entre los 15 y 25 años. En las mujeres suele ser más leve y, por ello, muchas veces es más difícil de diagnosticar. + Info en CEADE Coordinadora Española de Asociaciones de Espondiloartritis

viernes, 3 de junio de 2011

CONCEPTOS

Las prostaglandinas:
 
Las prostaglandinas son eicosanoides derivados de lípidos de membrana. Intervienen en los procesos inflamatorios y en otras funciones clave relacionadas con la resorción de hueso, la agregación plaquetaria, la fiebre o la modulación de la secreción gástrica. Son una importante diana terapéutica de muchas patologías relacionadas con los procesos en los que participan. Debido a su participación en procesos inflamatorios que producen daño en el ADN se ha demostrado su vinculación con el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas.

Las prostaglandinas son eicosanoides derivados de lípidos de membrana. Proceden del ácido araquidónico por acción de la enzima ciclooxigenasa. El ácido araquidónico procede de un fosfolípido de membrana. Hay varios tipos de prostaglandinas. Cada una presenta células diana y funciones diferentes. La función más importante es ser mediador de la inflamacion, especialmente la prostaglandina D2 que actúa sobre las células endoteliales de vasos sanguíneos, provocando vasodilatación y aumento de permeabilidad con una llegada de mayor flujo de sangre a la zona. Produce quimiotaxis de eosinófilos, basófilos y linfocitos T. También actúa sobre células musculares lisas estimulando su contracción. Todas estas células diana presentan receptores para las prostaglandinas. Esto conduce a una respuesta inflamatoria con rubor, calor, hiperalgesia, llegada de otras células y edema, entre otros signos, en la zona afectada. Los procesos inflamatorios, a través de prostaglandinas, citoquinas y especies reactivas de oxígeno, entre otros mediadores de la inflamación, pueden producir mutaciones en el ADN. Esto vincula a las prostaglandinas con algunos procesos cancerosos y neurodegenerativos.

También intervienen en otros procesos fisiológicos, como la resorción de hueso, la estimulación de la agregación plaquetaria, la producción de fiebre o la protección de la mucosa gastrointestinal por inhibición de la secreción gástrica.

Los fármacos antiinflamatorios que inhiben la síntesis de prostaglandinas, como la aspirina o los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINES) tienen un amplio espectro de aplicación y su uso está muy extendido utilizándose como tratamiento de muchas patologías. Su participación en procesos clave de la fisiología celular hace de ellas una diana terapéutica para el tratamiento de patologías relacionadas con procesos inflamatorios, agregación plaquetaria, fiebre y muchos otros procesos.
 
 

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