Bienvenidos/as a AEXPE. La espondiloartritis anquilosante puede ser una enfermedad debilitante que se manifiesta principalmente con lumbalgia crónica y rigidez, y también puede acompañarse de artritis, inflamación ocular y/o del tubo digestivo. Son una familia heterogénea de enfermedades reumáticas interrelacionadas. La espondilitis anquilosante es la más frecuente de todas las espondiloartritis. Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica, que afecta fundamentalmente a las articulaciones de la columna vertebral. La padecen generalmente personas jóvenes y, especialmente, hombres entre los 15 y 25 años. En las mujeres suele ser más leve y, por ello, muchas veces es más difícil de diagnosticar. + Info en CEADE Coordinadora Española de Asociaciones de Espondiloartritis

domingo, 17 de abril de 2011

TOMOGRAFÍA AXIAL COMPUTERIZADA (TAC)

Una tomografía axial computerizada, TAC o escáner es un procedimiento de diagnóstico médico que utiliza rayos X con un sistema informático que procesa las imágenes y que permite obtener imágenes radiográficas en secciones progresivas de la zona del organismos estudiada, y si es necesario, imágenes tridimensionales de los órganos o estructuras orgánicas. Mediante el TAC obtenemos imágenes de secciones perpendiculares del organismo.
Las imágenes del TAC permiten analizar las estructuras internas de las distintas partes del organismo, lo cual facilita el diagnóstico de fracturas, hemorragias internas, tumores o infecciones en los distintos órganos. Así mismo permite conocer la morfología de la médula espinal y de los discos intervertebrales (tumores o derrames en el canal medular, hernias discales, etc.), o medir la densidad ósea (osteoporosis).
En determinados casos puede ser necesario utilizar contraste radiológico, que inyectado en el líquido cefalorraquídeo, en los vasos arteriales… facilita el diagnóstico.
La realización de un TAC es una prueba no dolorosa y que ofrece imágenes de gran calidad y precisión, que puede guiar para la realización de intervenciones mínimamente invasivas, toma de biopsias, drenaje de abscesos, reduciendo la necesidad de intervenciones quirúrgicas.
El TAC se realiza con el paciente tumbado en una camilla que se desplaza mecánicamente, que se hace pasar por el tomógrafo en forma de un aro que rodea al paciente y la camilla y que va realizando las radiografías. El proceso dura alrededor de una hora, y en dependencia del órgano estudiado puede realizarse con contraste inyectado, o administrado vía oral o por enema, que permite distinguir con mayor nitidez los tejidos y órganos.
El paciente debe mantenerse relajado y sin realizar movimientos. Se mantiene en contacto con el equipo técnico que está en una sala próxima viendo al paciente y a las imágenes, que se comunica con el paciente por un sistema de megafonía, y que le indica cuando respirar o retener la respiración en el caso de tomografías abdominales o de tórax. Durante el proceso de realización de la tomografía puede tomarse muestras o biopsias de tejidos.
En dependencia del órgano estudiado, y especialmente si es necesario utilizar contraste puede requerirse el ayuno de unas horas antes de la realización del TAC.
Deben retirarse las joyas y elementos metálicos, requiriendo la utilización de batas o pijamas que eviten las interferencias en el proceso de realización de la tomografía. Siempre debe de informarse al equipo médico de los antecedentes de alergia a contrastes radiológicos.
La realización del TAC ha mejorado notablemente la capacidad médica para realizar el diagnóstico de lesiones internas, cánceres, derrames, roturas de órganos, en especial tras accidentes, en caso de lesiones tumorales o vasculares.
La TAC es una técnica de bajo riesgo. El problema de mayor importancia que puede presentarse es la reacción alérgica al contraste iodado, en forma de urticaria, aparición de exantema, y en casos graves por una reacción anafiláctica, si bien son muy poco frecuentes. El desarrollo de nuevos contrastes está reduciendo el riesgo de estas reacciones alérgicas.
Como en el resto de procedimientos diagnósticos que utilizan rayos X debe ser evitada su realización en la mujer embarazada, por el riesgo de afectación del feto, especialmente en el primer trimestre de embarazo.
 

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